6 de mayo de 2014

Seoul. Day 1

Deoksugung Palace


Puente en China por el día del Trabajo y como todos los no-chinos allí me escapé del país. El destino: Seúl. Como mi vuelo salió con retraso, cuando llegué a la capital de Corea del Sur casi me estaba esperando un plato de auténtica barbacoa coreana. La cena fue casi a medianoche en uno de esos baretos de toda la vida pero que se ha puesto de moda porque ganó un premio en la televisión. La carne, bien. Los pulpitos estaban tan buenos como picantes. Casi muero. Pero sobreviví al primer asalto a la gastronomía coreana.

Little octopuses barbecue with soya sprouts

A la mañana siguiente, desayuno en Starbucks. Había uno casi pegado al hotel en el distrito de de Itaewon. Ante el desconocimiento es la mejor opción, si no quieres aventuras en la primera comida de día que, para mí, es sagrada. ¡Sí! En los Starbucks de Corea del Sur tienen bagels -¡dios mío, cuántas engullí en mi año de estudiante en Estados Unidos... OMG, a comienzos de este nuevo milenio!-. La acompañé con queso Philadelphia y me bebí un caramel machiato mediano. Soy de costumbres fijas.

Yeah bagels!


Seúl es moderna y tradicional. Lo mismo te puedes sentar en un retrete con la taza perfectamente caliente y tantos botones que ni el mando de la TV que recorrerte las calles de un mercadillo donde te venden desde tomates hasta pulpitos pasando por ginseng y mil hierbas más. Eso es lo que me gusta de Seúl, y también de Tokio. Todo está muy muy limpio, pero a la vez caótico, desordenado pero ordenado. Edificios de tres alturas de diversas formas, con las fachadas más dispares y los luminosos agolpándose unos sobre otros todavía dejan respirar y disfrutar de esta gran ciudad que siempre nos la imaginamos agobiante y bulliciosa. Lo de agobiante no lo puedo corroborar. Lo de bulliciosa lo apoyo y más al hospedarme en el barrio de Itaewon, el barrio de los extranjeros por excelencia donde restaurantes de nacionalidades innumerables compiten en decoración, música y gastronomía. Si buscáis algo exótico (no coreano), preparad la cartera. Si vuestro estómago está preparado par el kimchi (plato típico y básico de la gastronomía coreana a base de repollo macerado en pimentón picante) y todo tipo de platos que pasan del nivel tres de lanzallamas-desde-la-boca-y-prepara-el-extintor, la cena puede salir de lo más económica. En mis primeras 24 horas en Seúl he podido probar las dos opciones, por aquello de compensar.

En Seúl me presenté en el modo más guiri de mi persona. El día 1 de mayo me calcé mis Birks, mis bermudas clásicas de Zara y camisa de lino azul de Gap. Mi sartorialist soltó algo así: "pareces una guiri total". Amenacé con ponerme calcetines con las sandalias por si el día se ponía fresco, pero todavía no estaba tan mimetizada con la fauna local (las chanclas Adidas con calcetines es algo bastante habitual). Y así me fui a hacer el guiri. City tour bus. Palacio (hay cuatro en Seúl). Ayuntamiento con su añadido de cristal hipermoderno. Montaña Namsan. N Seoul Tower y las barandillas con miles de candados tapando las vistas. Parejas coreanas y chinas a las que les encanta eso del candado. (Perdonad, pero las golosinas pudieron conmigo). Paseo cuesta abajo. Aldea tradicional, hanok. Paseo por el mercadillo de copias, baratijas, material de papelería, verduras y todo bicho viviente. Muero de cansancio. Café para descansar... y oh, es hora de ir a cenar con vistas a la calle donde hay más bares por metro cuadrado que en cualquier boulevard de villa turística en España. Gente guapa, moderna e interesante. A la cama y a ver que nos depara el día 2.

Yeah, licorice candies!


Bank Holiday in China for Labor Day and as any non-Chinese there I went off the country. Destination: Seoul. Because my flight was delayed when I arrived at the capital of South Korea, a meal of authentic Korean barbecue was almost waiting for me on the table. Dinner was nearly at midnight in a kind of same-as-ever little stinky bar which has become very popular 'cause got a prize in TV show. The meat, nice. The little octopuses were so good as spicy. I almost die. But I survided the first round with the Korean gastronomy.

Next morning, breakfast at Starbucks. There was one located very close to the hotel in Itaewon district. Facing something unknown, this is the best option if you don't want any adventures for the first meal of the day, which, for me, is sacred. Yeah! At South Korea Starbucks they have bagels -Gosh, how many I gulped during my student year in the U.S.... OMG, at the beginning of this millennium! I spreaded some Philadelphia chease on it and drank a grande caramel machiato. I like habits.

Seoul is both modern and traditional. Within the difference of a few minutes you can sit on a toilet with a perfectly warm bowl and more buttons than the TV remote or you can walk along the streets of a flea market where they sell from tomatoes to small octopuses, having in the middle gingseng and thousands of herbs. That's what I like from Seoul, and also from Tokyo. Everything is very very clean, but chaotic at the same time, messy but tidy. Three or four storey buildings in different shapes, with the most disparate facades and the neon signs piling up still let you breath and enjoy this big city which we always imagine stifling and bustling. I cannot tell about the stifling side. About bustling, I totally agree and even more because I stayed at Itaewon, the district of foreigners where restaurants of uncountable nationalities rival on decoration, music and food. If you're looking for somehting exotic (non-Korean), get your wallet ready. If your stomack is fine with kimchi (typical and basic dish from Korean gastronomy made with cabbage marinaded in chilli sauce) and all kind of meals that surpass over level three of flame-thrower-from-your-mouth-and-get-ready-the-extinguisher, dinner may result very cheap. During my first 24 hours in Seoul I went for both options, just a matter of compensating.

I show up at Seoul in the most tourist-like mode of my persona. May 1st I put on my Birks, my classic Zara bermudas and blue linen shirt from Gap Man. My sartorialist spoke something like: "you totally look like a real tourist". I threatened to wear socks with the sandals in case the day became chilly, but I was not that camouflaged withing the local fauna yet (Adidas slides with socks is very common there). And I went to play the tourist role. City tour bus. Palace (there are four in Seoul). City Hall with its hyper-modern extra building. Namsan mountain. N Seoul Tower and railings with thousands of padlocks covering the sights. Korean and Chinese couples who love that thing with the lock. (Sorry, but I ended up at the sweets store). Walk down the hill. Traditional village, hanok. Walk around a flea market with copies, knick-knacks, stationery, vegetables and all living creature. I'm exhausted. Coffee for a rest... and oh! it's time for a dinner facing the a street where there are more bars per square meter than in any promenade of any touristic town in Spain. Beautiful, modern and interesting people. Go to bed and see what day 2 is leaving for us.


Deoksugung Palace

Deoksugung Palace

Padlocks at N Seoul Tower
Views from N Seoul Tower

Door at Hanok Namsangol Village

Namdaemun market
 Credits: Shirt (Gap SS 2014, man section), bermudas (Zara SS 2014), sandals (Birkenstock, Arizona), bag (Céline), sunnies (Pull & Bear).


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